miércoles, 3 de junio de 2009

Susan Boyle, juguete roto

El espectáculo, del que todos sin excepción formamos parte, es en ocasiones cruel, muy cruel. Susan Boyle tuvo que ser ingresada en un hospital aquejada de agotamiento tras perder la final del reality inglés Britain's Got Talent. Se acabó el sueño, al menos el primer sueño en el que habían mecido a esta escocesa, a partes iguales, su genial voz y el circo mediático. Un circo que puso el acento en su aspecto desaliñado, su carácter desfasado y el hecho de que, a sus 47 años, no hubiera besado nunca a nadie. La encumbraron en semanas. La caída ha sido brutal, cruel y no se paga con dinero, aunque sean millones.
Ahora Susan Boyle es un juguete roto. Dicen que en su hotel de lujo, tras perder el concurso y antes de ser hospitalizada, le escucharon gritar con amargura ¡Odio este show, lo odio! Lo que pocos saben, porque los medios no lo han contado, es que Susan, tras un parto difícil en el que fue brevemente privada de oxígeno, sufrió leves daños en el cerebro que derivaron en una dificultad crónica del aprendizaje. Esa es Susan.
Por... Arturo Roa

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