viernes, 26 de junio de 2009


Crónica cotidiana de la desesperanza

"El diario” ha cumplido 2.000 programas en Antena 3. No cabe duda de que la cadena ha acertado en este formato con una legión de seguidores que le ha permitido perpetuarse en el tiempo a fuerza de exprimir el alma de quienes se arrastran por la pantalla. La televisión lo soporta todo, y “El diario” es el mejor ejemplo. Cada día historias increíbles, situaciones extremas, la crónica cotidiana de las desesperanza hecha programa de entretenimiento.
Hijos que no se hablan con sus madres, hermanos separados por peleas sin sentido, matrimonios rotos en mil pedazos por comportamientos absurdos... Siempre me he preguntado si cada historia de las que aparecen en “El diario” es rigurosamente cierta o si entra, de alguna manera, el photosop de la hipérbole para dar mayor empaque al conjunto.
En todo caso, funciona. Y creo que por dos motivos fundamentales: una parte de la audiencia se ve reflejada, siquiera de refilón, con las historias que escupe el televisor. La otra, simplemente se siente reconfortada porque siempre hay alguien más arriba en el ranking de la desgracia y la miseria.
Por... Arturo Roa

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