La televisión analógica ya es historia en Navarra y Baleares, como antes lo fue en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Hasta el momento han dejado de funcionar 57 de los 90 centros emisores, que servían la señal de televisión a 15 millones de personas. Se acerca, por lo tanto y de forma inexorable, el apagón definitivo, que llegará el próximo viernes 2 de abril. Para la gran mayoría, esta fecha no tendrá mayor relevancia, puesto que más del 90% de los hogares ya tienen sus antenas adaptadas a la nueva tecnología y disponen de aparatos que les permiten ver los nuevos canales.
Claro que para el casi 10% restante, la cosa tendrá su aquel. De la noche a la mañana, se darán cuenta que el electrodoméstico esencial de la casa es sólo un elemento decorativo, y malo. Por suerte o por desgracia, ese día no habrá series, ni informativos, ni películas, ni deportes, ni nada de nada. Y puede ser cuestión de horas… o también de días. Si en ese espacio alguien descubre la lectura, los paseos o a esa persona que vive en su mismo piso, algo grande habrá ganado este mundo.
Arturo Roa
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