Ya tenemos polémica en la carrera a Eurovisión. Desde el minuto cero. Como los seguidores del certamen pudieron ver en la gala final, Lucía Pérez será quien represente a Televisión Española, después de recabar el 68% de los votos del público. Hasta ahí, todo correcto; el problema llegó a la hora de elegir la canción.
El empate entre «Abrázame» y «Que me quiten lo bailao» se resolvió finalmente a favor de la segunda, a pesar de que la artista manifestó públicamente que prefería la primera. Y a pesar, también, de que ambas canciones habían empatado en las valoraciones. El jurado, y concretamente Boris Izaguirre, se negó a cambiar el sentido de su voto, por lo que la gallega tendrá que lidiar con una canción con la que no se siente demasiado cómoda.
A la polémica se ha sumado con gusto el periodista José Luis Uribarri, un veterano del certamen (fue la voz de Eurovisión para TVE durante 20 ediciones), que ha pronosticado otro «año en blanco», precisamente por la baja calidad de la canción elegida, y, en general, de las finalistas. «Si éstas eran las canciones elegidas, ¡cómo serían las demás!», ha dicho Uribarri sin despeinarse.
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